PROBIOTICOS Y PIEL

Sabías que la salud de tu intestino se puede ver reflejada en tu piel?  

Existe una estrecha relación entre el sistema gastrointestinal y la piel (eje gastrointestinal-cutáneo). 

 

Esto se ve reflejado en la coexistencia de alteraciones gastrointestinales en diferentes enfermedades cutáneas, el sobrecrecimiento de microorganismos patógenos o dañinos en  el intestino  se  asocia con exacerbación de lesiones en piel como acné, rosácea, dermatitis, psoriasis,   alopecia areata y otras.  Incluso  al reestablecer la microbiota gastrointestinal con el uso de probióticos, y prebióticos  se observa  mejoría de las manifestaciones cutáneas.  

 

Los probióticos son microorganismos beneficiosos, necesarios para mantener el equilibrio con los microorganismos patógenos que pueden ser dañinos y producir  enfermedad a nivel del intestino y la piel, su ingesta refuerza la barrera cutánea y el sistema inmune o  defensas del organismo.     

                                  

Se pueden consumir por vía oral o aplicar tópicamente en forma de cremas. 

 

Los prebióticos son fibras  vegetales especializadas que actúan como fertilizantes, favorecen el crecimiento de microorganismos beneficiosos a nivel intestinal, y se encuentran en frutas y verduras. 

 

Se han descrito diferentes factores (mala alimentación, consumo de alcohol, antibióticos, entre otros ) que pueden propiciar alteración en la flora intestinal o disbiosis gastrointestinal y participar en  el desarrollo de diferentes enfermedades. 

 

El establecimiento del microbioma cutáneo o microorganismos en la piel, inicia incluso  desde la vida fetal , se fortalece con la exposición del recién nacido a microorganismos de la madre por medio del parto vaginal y esta exposición temprana a la microbiota materna prepara al sistema inmune de los recién nacidos al medio externo.  

 

La forma de mantener la microbiota intestinal y cutánea de forma saludable es por medio de una alimentación sana, evitando el consumo de azúcar, grasas saturadas, lácteos de origen animal, y comida ultraprocesada, y consumiendo frutas y verduras que aportan prebióticos.